domingo, 23 de junio de 2013

Mirando el presente y el futuro

mlkPara finalizar mi reflexión de hoy jueves 20, 2013, no puedo dejar de mencionar al más grande soñador norteamericano. Me refiero al reverendo Martin Luther King Jr. y su discurso del 28 de agosto del 1963, Tengo Un Sueño (I Have a Dream). Estas palabras fueron pronunciadas en la fecha mencionada por King Jr., defensor estadounidense de los derechos civiles, en su más famoso discurso. El repitió esa cautivadora frase varias veces para expresar su esperanza de que algún día, la gente se viera libre de los prejuicios raciales. Aunque su público se encontraba en Estados Unidos, personas de todo el mundo han hecho suya la esencia de ese sueño.

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Tres meses después de aquel discurso, el 20 de noviembre de 1963, más de cien países adoptaron la declaración de las Naciones Unidas sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial y en las décadas siguientes, se adoptaron otras iniciativas internacionales. Hoy, cincuenta años después, tenemos que preguntarnos, cuál ha sido el resultado de tan loables esfuerzos.

ban_ki-moon_portraitEl 21 de marzo de 2012, Ban Ki-Moon, Secretario General de la ONU, declaró: “Existen muchos tratados e instrumentos valiosos, además de un marco mundial amplio, para prevenir y erradicar el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. No obstante, el racismo sigue causando sufrimientos a millones de personas en todo el mundo; e incluso, en los países donde se ha avanzado en la lucha contra el prejuicio racial y de otros tipos. Cabe preguntarse realmente, si se ha eliminado de la gente estos sentimientos tan arraigados, o sólo se ha evitado que los exterioricen. Hay quienes piensan que dicho avance sólo ayudan a evitar la discriminación, pero no pueden eliminar el prejuicio…por qué, porque la discriminación es un acto que la ley puede castigar, mientras que el prejuicio es interno: está relacionado con los pensamientos y los sentimientos, y eso no es fácil de regular.

Para eliminar el prejuicio, no basta con evitar la discriminación; hay que transformar también los pensamientos y sentimientos hacia los miembros de otros grupos. Será eso posible y si lo es, cómo se logrará. Al analizar tres casos de la vida real, veremos no sólo que la gente puede cambiar, sino también, lo que hay ayudado a muchos a hacerlo.

Por último, voy a tocar la Biblia, con una historia más: Linda.

6a00d8341c555853ef01538fcaa8ca970b-800wi“Nací en Sudáfrica y soy blanca para mí; los miembros de otras razas eran inferiores, ignorantes y poco confiables; los veía sólo como sirvientes de los blancos. Vivía esclava de los prejuicios sin siquiera darme cuenta, no obstante, mi actitud cambió cuando comencé a estudiar la Biblia. Aprendí que Dios no es parcial y que lo que hay en el corazón es más importante que el color de la piel o el idioma que uno habla.”

Esto más que un sentimiento, quiero dejarlo escrito para todos los dominicanos que nunca miran a los ciudadanos de Haití con buenos ojos y quiero que sepan que así como miran a los haitianos en nuestro país, así nos miran a nosotros, los que vivimos fuera de República Dominicana.

Hecho 10-34, 35 Proverbio 17:3 en Filipenses 3:3 “Aprendí que para vencer los prejuicios, tengo que considerar que los demás son superiores a mí.

Este y otros principios bíblicos me han enseñado a interesarme en el prójimo sin importar su color de piel. Ahora, vivo libre de las cadenas del prejuicio. Finalizo este escrito con un pensamiento de adentro de mi corazón: seguir los principios bíblicos me ha dado paz mental y felicidad.

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