jueves, 31 de enero de 2013

El amor de la familia

Ayer fue un día de pensar lo que es el amor de familia. Cuando estuve en mi momento de “break”, mirando el mar de un país maravilloso como Puerto Rico, conocí a un jovencito llamado José…voy a omitir el apellido para proteger su identidad. Este joven estaba allí cuando yo llegué y como de costumbre lo saludé y él muy ameno, me respondió el saludo, pero con una tristeza que venía del corazón; y le dije: “Oye, tú estás triste. ¿Por qué? Si tú eres joven y guapo. Dime si puedo ayudarte en algo.” Él abrió su corazón y dijo: “Oiga señor, si todas esas cosas lindas que usted me dice, las escuchara de la gente que amo, yo no estuviera triste.” Yo le pregunto: “¿Quién te gustaría que te diga esto?”, y él con lágrimas en los ojos dijo: “Mis familiares.”

64681_489465267761170_411436093_nSe me formó un nudo en el corazón y tuve que parar el diálogo porque pienso en tantos niños y niñas jóvenes que al igual no tienen quien le dé un abrazo y le digan “te amo” y aquí me llega el sentimiento para decir que bien me cae el discurso del Presidente Obama y una columna de un periódico de la mañana que leía para decirle a José, que tenemos que vivir el pensamiento de Martin Luther King Jr., que siempre profesaba el amor. Quiero dejarle saber, al que pueda leer este mensaje en mi “blog”, que me importa si tiene un familiar y que saque un momento para dejarle saber cuánto lo ama. Cuando yo hablaba con José, pude notar que era un joven fino y me atreví a preguntarle si él era “gay” y lo confirmó; entonces le manifesté que yo le daba en ese momento más amor y cariño, mas le dije, que pasar un momento con él, me llena de alegría. José, un chico muy inteligente, estudia artes fotográficas en Nueva York. Por cierto, ayer iba de regreso a la gran ciudad.

urlRegresando a lo que horita hablé del presidente de la nación más poderosa del mundo, esto me lleva a mirar la justicia social. Nos afianzamos a nuestro credo cuando una niña pequeña nacida en la pobreza más desoladora, tiene la misma oportunidad de ser exitosa que cualquiera otra persona, porque es americana; ella es igual, no solamente ante los ojos de Dios, y así es José, sino ante los nuestros. Las palabras del presidente Barack Obama en la ceremonia inaugural, marca la tónica de lo que ha sido la ruta por la lucha por los derechos civiles. La dignidad de todos/as debe ser respetada por igual para lograr la libertad y equidad que tanto se profesa. Como capítulo de la historia de Estados Unidos, la ceremonia de juramentación presidencial materializó el epítome de los logros alcanzados a través de una lucha a favor de los derechos civiles para erradicar el discrimen por razón de la cuna social, racial e identidad de género.

mtljrUna nación que se fundó sobre los hombros de la esclavitud bajo el azote en las espaldas de la negritud, tardó más de 148 años después de una guerra civil en 1865 y culminó con la abolición de la esclavitud para que una persona de ascendencia africana fuera reelecta a la presidencia de EE.UU. por segundo término. La historia ha estado plagada de luchas en la cotidianidad. El derecho al voto, la integración en el sistema de educación pública, la política de acción afirmativa, estatutos federales para proteger los derechos civiles, entre otros, abren camino para que finalmente, una familia con un tono de piel oscuro, reside en Casa Blanca; no como esclavos, sino acompañando al jefe en mando de la nación que se piensa la más poderosa del mundo. Eso es solo la embocadura. Todavía queda mucho camino por recorrer para que se erradique el discrimen en la trinchera de la vida.

imagesLos símbolos de esta lucha histórica por los derechos civiles enmarcaron la ceremonia inaugural en el aniversario de oro de la marcha que dirigió Martin Luther King Jr. en la ciudad capital, Washington, D.C., ante el monumento del Presidente Lincoln. Las expresiones cuidadosamente enunciadas por el presidente Obama en cuanto a la aspiración de la niña recoge no solamente la experiencia de mujeres como la propia primera dama y abogada, Michelle Obama, y la jueza Sonia Sotomayor, la primera mujer de ascendencia puertorriqueña en ser nombrada al tribunal supremo de EE.UU., sino de miles. La libertad, la equidad y el respeto a la dignidad, han sido cambiados como banderines ante las vallas y murallas que al día de hoy, debemos derrumbar literalmente derramando sangre, sudor y lágrimas. Junto a la historia de la comunidad afroamericana, hispana y las mujeres, se apuntalaron las luchas de la comunidad LGBT, y José, ese chico que ante las vallas de desamor, lucha por su vida. Los íconos de los sectores que la historia ha invisibilizado fueron destacados, trazándose el mapa de la ruta, que Barack Obama interesa seguir sin reserva en su beyotchúltimo término en la presidencia. La primera mujer latina en llegar al Tribunal Supremo de EE.UU. juramentó al vicepresidente; un poeta de ascendencia cubana, abiertamente gay, que leyó su poema; un religioso y una banda musical de la comunidad LGBT se manifestaron, mientras la voz de una joven cantante afroamericana enalteció el himno de EE.UU. Este cuadro de inclusión reflejó a lo que la nación que eligió a Obama aspira de costa a costa. Por otra parte, Obama reaccionó a posturas neofascistas que circulan en los pasillos del conservadurismo fiscal. Rechazó la noción que América deberá escoger entre la generación que construyó el país o invertir en la generación que construye su futuro, endosando su compromiso con ObamaCare y el Seguro Social para anclar la grandeza de la seguridad que necesita la ciudadanía.

address 2013La inclusión requiere re-balancear el ejercicio del poder estableciendo mecanismos que garanticen la diversidad. La redistribución del poder entre todos los sectores que históricamente nos han dado de codo, a veces implica enfrentar el fuerte de quienes se les frena el abuso de su poder. Ripostan con un discurso de odio, encaminado a perpetuar las cadenas de opresión contra quienes ahora deben sentarse en la misma mesa en equidad de condiciones. La resistencia lleva a escenas dantescas en que por odio se derrama sangre, se silencian voces críticas que enarbolan la justicia social, marginan cerrándole puertas a la educación de excelencia, al empleo bien re-numerado a escalar posiciones de poder; a servicio de salud, incluyendo la salud reproductiva, entre tantas otras formas de tirarles la puerta en la cara para mantenernos subyugados/as. Mientras en la metrópoli se derrumban las barreras a sectores invisibilizados, en Puerto Rico, como el robo colonial del león imperial, la distorsión rige el camino en dirección contraria. En el pantano colonial, las cuchillas filosas de la pugna que atraviesa el debate sobre nuestra relación política con EE.UU., marchitan los logros alcanzados de justicia social. La nobleza de los principios del respeto a la dignidad del prójimo, lejos de lograr la inclusión de la diversidad, desata la polarización que nace del odio, segando toda posibilidad de buscar terreno en común para unirnos como pueblo independentista y soberanista.

Politics-2013-Obamas-address-more-a-call-to-arms-than-unity-seekingSe atrincheran en la puertorriqueñidad para distinguirse del amo en la metrópoli, mientras que el sector estadista se entrega para participar en igualdad de condiciones en la mesa de negociaciones de EE.UU. Por otro lado, el sector colonialista de la oligarquía criolla utiliza todo a su alcance para invisibilizar a quienes amenacen su hegemonía. De parte y parte, se enarbolan las tácticas peligrosas, antidemocráticas de censura, la mordaza, la persecución política, el asesinato de reputaciones, la aniquilación psicológica y el asesinato físico para silenciar la oposición y alimentar la polarización. En dicho camino espinoso se pierde la brújula. No importa, seamos independientes, soberanos, colonia o estado, la lucha por los derechos civiles debiese ser abrazada por quienes creemos rescatar nuestras alas de la esperanza. Creemos y respetamos la dignidad, debemos echar a volar nuestro sueño que un mejor Puerto Rico es posible, con amor por las familias que abrase.

Abrazar a todos los seres humanos que por el amor divino del mundo, con un corazón abierto, de un pedazo de tierra, unidad con otras personas. Envío un abrazo desde Puerto Rico y República Dominicana, los saluda con amor para el mundo, especialmente a José…

Héctor Peña – Peña del Pueblo

sábado, 19 de enero de 2013

Con amor a la juventud

Dios quiso que este mundo fuera mayor pero el humano lo cambio. Para un joven muy especial que vive y reina en mi corazón siempre. A ti, Pedro L. Ramírez Agosto, que elevaste otra vez mi pensamiento del valor de ustedes los jóvenes. Voy a dedicar esta reflexión del Nuevo Año 2013 para que tú y todos los jóvenes del mundo se levanten y fijen el horizonte que deben de seguir los pueblos de América, y digo, todas las Américas. Hoy es primero de enero de 2013; es mi primera escritura de este año que entra con mucha esperanza de crecimiento. Ojalá que tenga algo de cierto, pero según se ve, no será así, pero tú, Pedro L. Ramírez Agosto, los jóvenes del mundo pueden cambiar la percepción de las cosas.

Joven es el que no tiene complicidad con el pasado. Atenea inspira su imaginación, dar pujanza a sus brazos, poner fuego en sus corazones. La serena confianza en un ideal, convierte su palabra en sentencia y su deseo en imperio. Cuando saben querer, se allanan a su voluntad las cumbres más vetustas. Salvia renovadora de los pueblos; ignoran la esclavitud de la rutina y no soportan la coyunda de la tradición. Solamente sus ojos pueden mirar hacia el amanecer, sin remordimiento. Es privilegio de sus manos esparcir semillas fecundas en surcos vírgenes como si la historia comenzara en el preciso momento en que forjan sus ensueños.

Cada vez que una generación envejece y reemplaza su ideario por bastardeados apetitos, la vida pública se abisma en la inmoralidad y en la violencia. En esa hora, deben los jóvenes empuñar la antorcha y pronunciar que, como verbo, que su misión es renovar el mundo moral. En esto ponen los jóvenes su esperanza, en renovar los pueblos que anhelan ensanchar los cimientos de la justicia, libre de dogmáticos pensamientos; los jóvenes, pensando en una humanidad mejor, pueden aumentar la parte de felicidad común y disminuir el lote de comunes sufrimientos. Es aventurar sin parar de ser jóvenes por dentro, en momentos que serán memorables en la historia. Las grandes crisis ofrecen oportunidades múltiples a la generación incontaminada, pues inician en la humanidad una fervorosa reforma ética, ideológica e institucional. Una nueva conciencia histórica deviene en el mundo y transmuta los valores tradicionales de la justicia, el derecho y la cultura intérpretes de ella. Los que entran en la vida siembran fuerzas morales generadoras del porvenir, desafiando el recrudecer de las resistencias inmorales que apuñalan el pasado. Los jóvenes cuyos ideales expresan inteligentemente el devenir, constituyen una nueva generación que es tal por su espíritu, no por sus años. Basta una sola, pensadora y actuante, para dar a su pueblo personalidad en el mundo. La justa previsión de un destino común, permite unificar el esfuerzo e infundir en la vida social normas superiores de solidaridad. El siglo está cansado de inválidos y de sombras, de enfermos y viejos. No quiere seguir creyendo en las virtudes de un pasado que hundió al mundo en la maldad y en la sangre, todos lo esperan de una juventud entusiasta y viril.

La juventud es levadura moral de los pueblos. Cada generación anuncia una aurora nueva, la arranca de la sombra, la enciende en su anhelar, inquieta si mira a lo alto y lejos, es fuerza creadora aunque no alcance a cosechar los frutos de su siembra, tiene segura recompensa de la posteridad. La antorcha lucífera no se apaga nunca, cambia de manos cada generación, abre las alas donde las ha cerrado la anterior, para volar más lejos, siempre más cuando una generación las cierra en el presente, no es juventud: sufre la senilidad precoz cuando vuela hacia el pasado, está agonizando; peor, ha nacido muerta.

Los hombres que no han tenido juventud, piensan en el pasado y viven en el presente, persiguiendo las satisfacciones inmediatas, que son el premio de la domesticidad. Débiles por pereza o miedosos por ignorancia, medran con paciencia, pero sin alegría. Tristes, resignados escépticos, acatan como una fatalidad el mal que les rodea, aprovechándolo si pueden. De seres sin ideales, ninguna grandeza esperan los pueblos.

La juventud aduna el entusiasmo por el estudio y la energía para la acción que se funden en el gozo de vivir. El joven que piensa y trabaja es optimista porque acera su corazón, a la vez que eleva su entendimiento. No conoce el odio ni le atormenta la envidia. Cosecha las flores de su jardín y admira las del ajeno. Se siente dichoso entre la dicha de los demás. Ríe, canta, juega, ama, sabiendo que el hado es siempre propicio a quien confía en sus propias virtudes generadoras.

La juventud es prometedora cuando asocia el ingenio y voluntad, el saber y la potencia, la inspiración de Apolo y el heroísmo de Hércules. Un abrazo para ti, Pedro Ramírez Agosto. Un abrazo vale cien brazos cuando lo mueve un cerebro ilustrado; un cerebro vale cien cerebros cuando lo sostiene un brazo firme como tú. Descifrar los secretos de la naturaleza en las cosas que la constituyen, equivale a multiplicarse para vivir entre ellas, gozando sus bellezas, comprendiendo sus armonías, dominando sus fuerzas.

Los jóvenes tocan a rebato en toda generación. No necesitan programas que marquen un término, siempre tienen ideales que señalan el camino, pues la meta importa menos que el rumbo. Quien pone bien la proa, no necesita saber hasta dónde va, sino hacia donde. Los pueblos como los hombres, navegan sin llegar nunca cuando cierran el velamen, es la quietud, la muerte. Los senderos de perfección no tienen fin; belleza, verdad, justicia, quien sienta avidez de perseguirla, no se detenga ante fórmulas repudiadas intangibles. En todo arte, en toda doctrina, en todo código, existen gérmenes que son evidentes anticipaciones, posibilidades de infinitos perfeccionamientos. Frente a los viejos que recitan credos retrospectivos, entonan los jóvenes himnos constructivos. Es de pueblos exhaustos contemplar el ayer en vez de preparar el mañana.

Dos grandes verdades me hacen escribir esta reflexión para este joven Pedro L. Ramírez Agosto. Dos grandes ritmos sobresaltan en la hora de atinar a los pueblos. Anhelar realizar en la sociedad la armonía justa de los que trabajan por su grandeza, extendiendo a todos los hombres el calor de la solidaridad; desean que las nacionalidades venideras sean algo más que fortuitas divisiones políticas, corroídos por la voracidad de facciones enemigas. Toda la historia contemporánea converge a predecir el acrecentamiento de la justicia social y la agrupación de los débiles estados afines en comuniones poderosas. Una ilustrada minoría de la nueva generación cree que los pueblos de nuestra América Latina están predestinados a confederarse en una misma nacionalidad continental. Lo afirma , solemnemente y parece dispuesta a tentar la vía, creyendo que si no llegara a cumplirse tal destino, sería inevitable su colonización como Puerto Rico, que desde su existencia, es una colonia primero española y después norteamericana, por el poderoso imperialismo que desde hace cien años asecha.

Los hombres envejecidos no ven la magnitud de ambos problemas. Niegan la urgencia de asentar sobre más justas bases el equilibrio social: niegan la necesidad de solidarizar nuestros pueblos como única garantía de su independencia futura. Es misión de la juventud, tomar a los ciegos de la mano y guiarlos hacia el porvenir, arrastrarlos si dudan, abandonarlos si resisten. Todo es posible, menos, convencerlos a cierta altura de la vida, la ceguera es un mal irreparable. Los jóvenes pierden su tiempo cuando esperan impulso de los viejos. Es más razonable obrar sin ellos, como hicieron otrora los próceres. Cuando supieron hacerse independientes y sembrar los veinte gérmenes de una gran civilización continental.

Del entusiasmo entusiasta y osado ha de ser la juventud. Sin entusiasmo, no se sirven hermosos ideales; sin osadía, no se acometen honrosas empresas. Un joven como tú, Ramírez Agosto, un entusiasta, expuesto a equivocarte es preferible a un indeciso que no se equivoca nunca. El entusiasmo era ya, para los platónicos, una exaltada inspiración divina. El primero puede acertar, el segundo, jamás, que encendía en el ánimo, el deseo de lo mejor, el entusiasmo es salud moral; embellece el cuerpo más que todo otro ejercicio; prepara una madurez optimista y feliz. El joven entusiasta corta las amarras de la realidad y hace converger su mente hacia un ideal sus energías; son opuestas en tensión por la voluntad y aprende a perseguir la quimera soñada; olvida las tentaciones egoístas que empiezan en la prudencia y acaban en la cobardía; adquiere fuerzas desconocidas por los tibios y los timoratos.

El enamorado de un ideal; de cualquiera, pues sólo es triste no tener ninguno, es una chispa; contagia a cuanto le rodea el incendio de su ánimo apasionado. Los entusiastas despiertan los temperamentos afines; los conmueven, los afiebran, hasta atraerlos a su propio camino; obran como si todo obedeciera a su gesto, como si hubiera fuerzas de un imán en sus deseos, en sus palabras, en el sonido mismo de su voz en la inflexión de su acento.

La juventud termina cuando se apaga el entusiasmo. No hay mayor privilegio que el de conservarlo hasta muy entrada la edad viril. Es don de pocos y parece milagro en quien lo atesora hasta la ancianidad, como Sócrates a su demonio inspirador. En ese único secreto reside la eficacia de los escritores fieles a su doctrina y que saben afirmarla, proclamarla, repetirla; en cien formas; como las del torbellino, apasionadas. Son los heraldos de su tiempo y encuentran eco en el corazón de la juventud siempre esquiva al razonamiento frío, enemiga de los sofistas solapados y de los capciosos contemporizadores. Sólo cosechan simpatía los que siembran su propio entusiasmo.

La juventud escéptica, es flor sin perfume de jóvenes sin credos, se forman cortesanos que mendigan favores en las antesalas. Retóricos que hilvanan palabras sin ideas, abúlicos que juzgan la vida sin vivirla: valores negativos que ponen piedras en todos los caminos, para evitar que anden otros lo que ellos no pueden andar.

El hombre que se ha marchitado en una juventud apática, llega pronto a una vejez pesimista, por no haber vivido a tiempo. La belleza de vivir hay que descubrirla pronto o no se descubre nunca. Sólo el que ha poblado de ideales su juventud y ha sabido servirlos con fe entusiasta, puede esperar una madurez serena y sonriente, bondadosa con los que no pueden, tolerante con los que no saben.

Los ideales dan confianza en la propia fuerza; para ser entusiasta, no basta con ser joven de años, hay que formarse un ideal sobreponiéndose a las imperfecciones posibles para servirlo eficazmente, hay que entregarse a él sin reservas y debe ser fruto de la experiencia propia, si ha de embellecer la vida; el que se apasiona ciegamente, es un fanático como al que le gusta el beisbol, al servicio de pasiones ajenas; sin estudio, no se tienen ideales sino fanatismo; el entusiasmo vidente de los hombres que piensan, no es confundible con la exaltada ceguera de los ignorantes.

El entusiasmo es incompatible con la superstición. Uno, es fuego creador que enciende el porvenir; la otra, es miedo paralizante que se refugia en el pasado. El entusiasmo acompaña a las creencias optimistas, la superstición a las pesimistas. Aquel es confianza en si mismo, ésta es renunciamiento y temor a lo desconocido; los entusiastas saltan cada amanecer el cerco de un jardín para aspirar el perfume de nuevas flores; los supersticiosos entran cada crepúsculo al cementerio; el entusiasmo es a secua, la superstición en cenizas.

La inercia frente a la vida es cobardía. Un hombre incapaz de acción en una sombra que se escurre en el anonimato de su pueblo para ser chispa que enciende. Luego que templa, reja que ara, debe llevarse el gesto hasta donde vuele la intención. No basta en la vida pensar un ideal: hay que aplicar todo el esfuerzo a su realización. Cada ser humano es cómplice de su propio destino; miserable es el que malbarata su dignidad, esclavo el que se forja la cadena, ignorante el que desprecia la cultura, suicida el que vierte la cicuta en su propia copa, no debemos maldecir la fatalidad para justificar nuestra pereza; antes debiéramos preguntarnos en secreta intimidad: volcamos en cuanto hicimos toda nuestra energía, pensamos bien nuestras acciones primero y pusimos después, en hacerlas con la intensidad necesaria.

La energía no es fuerza bruta, es pensamiento convertido en fuerza inteligente. El que se agita sin pensar lo que hace, no es un enérgeta; ni lo es el que reflexiona sin ejecutar lo que concibe. Deben ir juntos el pensamiento y la acción como brújula que guía y hélice que empuja, para ser eficaces ahonde más su arado el labriego para que la mies sea proficua; haga más hijos la madre para enjardinarse el hogar; ponga el poeta más ternura para invitar corazones, repique más fuerza en el yunque el herrero que quiera vencer al metal.

La acción carece de eficacia cuando escasea la energía para adaptarse a la naturaleza y transformarla en beneficio propio; el hombre debe obtener el rendimiento máximo de su esfuerzo ordenado y continuo. En las grandes y en las pequeñas contingencias, la acción debe ser suficiente para alcanzar el resultado sin que vacile en mitad del camino, sin que desmaye al llegar a la meta.

El pensamiento vale por la acción que permite desarrollar, el hombre piensa, para obrar con más eficacia y multiplicar el área en que desenvuelve su actividad. Corrompen el alma de la juventud los retardados filósofos que aún la entretienen con disputas palabristas en vez de capacitarla para tratar los problemas que interesan al presente y al porvenir de la humanidad. Los jóvenes deben ser actores en la escena del mundo, midiendo su fuerza para realizar acciones posibles y evitando la perplejidad que nace de meditar sobre finalidades absurdas.

El primer mandamiento de la ley humana, es aprender a pensar; el segundo es hacer todo lo que se ha pensado, aprendiendo a pensar se evita el desperdicio de la propia energía. El fracaso es debido a simple ignorancia de las causas que lo determinan; para hacer bien las cosas hay que pensarlas certeramente, no las hacen bien los que piensan mal, equivocándose en la evaluación de sus fuerzas; como el niño que errando el cálculo de la distancia, diera en tirar guijarros contra el Sol que asoma en el horizonte.

Nunca se equivoca quien ha aprendido a medir las cosas a que aplica su energía; no se arredra jamás quien ha educado su eficacia mediante el esfuerzo coordinado y sistemático. La confianza en sí mismo es una elevación de la propia temperatura moral; llegando al rojo vivo se convierte en fe que hace desbordar la voluntad con pujanza de avalancha. Así ocurre en los genios como Pedro L. Ramírez Agosto, que vive toda idea que piensa, sin detenerse por la incomprensión de los demás, sin perder tiempo en discutirlo con los que no lo han pensado.

La energía juvenil crea la grandeza moral de los pueblos, cada generación debe llegar como ola vigorosa a romperse contra la mole del pasado, para hermosear la historia con el iris de nuevos ideales; juveniles que no embisten, el peso muerto para el progreso de su pueblo.

La energía es virtud juvenil. Quien no la adquiere precozmente muere sin ella. Sólo la juventud tiene la mente plástica para abarcar el panorama de la vida y el abrazo elástico para vencer las resistencias ancestrales. Los hombres sin energía, no cooperan en cosa alguna de común provecho; dudan y temen equivocarse, la confianza en si mismo y la fe en los resultados, indispensables para acometer empresas grandes.

La eficacia personal finca en la cultura y en los ideales: la apatía del indolente y el fracaso de los agitados se incuban en la rutina y en la ignorancia. La incapacidad de prever y de soñar, obstruye la expansión de la personalidad. Educando la energía, enseñando a admirarla, se plasmarán nuevos destinos de los pueblos. Repitamos a la juventud de nuestra América, y digo, todas las Américas, que ningún hermoso ideal fue servido por paralíticos y obtusos: no pueden marchar lejos los tullidos, ni contemplar los ciegos un luminoso amanecer. Los jóvenes que no saben mirar hacia el porvenir y trabajar para él, son miserables lacayos del pasado y viven asfixiándose entre sus escombros.

Termino mi primera reflexión de este año 2013 con un pensamiento cristiano para ti, Pedro L. Ramírez Agosto. Amor Supremo. La naturaleza y las revelaciones a un testimonio del amor de Dios, nuestro padre celestial es la fuente de vida, de sabiduría y de gozo. Mirad las maravillas y bellezas de la naturaleza, pensad en su prodigiosa adaptación a las necesidades y a la felicidad, no solamente del hombre, sino de todas las criaturas vivientes: el Sol y la lluvia que alegran y refrescan la Tierra; los montes, los mares y los valles, todos nos hablan del amor del Creador. Dios es el que suple las necesidades diarias de todas sus criaturas, ya el salmista lo dijo, ojos de todos miran a ti y tú les das su alimento. A su tiempo, abres tu mano, Pedro. L. Ramírez Agosto y satisfaces el deseo de todo ser viviente.

Con amor especial, para un joven brillante, fuera de lo común. A Pedro L. Ramírez Agosto.

Héctor Peña – Peña del Pueblo

Los Estados 51

15 de enero de 2013


El 10 de enero, el presidente de los Estados Unidos remitió al Congreso el acuerdo para la anexión como territorio incorporado del país caribeño. “La ratificación de este acuerdo traería gloria, supuestamente, a ambos países”, vaticinó el presidente. El Senado estadounidense, sin embargo, derrotó el 30 de junio el acuerdo mediante una votación empate, rechazando así la estadidad para el país caribeño. El año no es 2010 de esta solicitud, de la cual voy a hablar más adelante para que mi pueblo entienda que los “Vendepatria” han existido siempre. ¡Ah, déjenme mencionar el año y el país que no es Puerto Rico, por si algo los puertorriqueños tienen las oportunidades de leer este comentario histórico de mi remembranza, de los años 1870, y el país caribeño, la República Dominicana! Desde que en 1898 los Estados Unidos adquirieron la soberanía sobre Borinquén, la clase política ha vivido obsesionada; lo mismo a favor que en contra, con la idea de que Puerto Rico pudiese ser algún día admitido o convertido en un estado de la Unión, componiéndose la federación norteamericana, actualmente de 50 estados. El debate en mi país se da porque en torno a que Puerto Rico lleva mucho tratando de ser estado y un día, yo le hablé a un amigo de la existencia de un tratado de la República Dominicana y tras mencionar que conozco esto, me tilda de loco. Convertirse Puerto Rico en estado 51 de esa nación y el historial de la formación de los Estados Unidos, sin embargo, permite colegir que la presente condición, o sea, la colonia, también conocida como Unión Permanente, no necesariamente milita el favor o en contra de esta condición política. Las circunstancias históricas del momento han probado ser más importantes a la hora de que un país o territorio se transforme en un Estado 51.

Comencemos, tomando como ejemplo Texas. Como tal vez ustedes sepan, el territorio tejano nació originalmente como estado de la República de México, que en 1836 alcanzó su independencia. Dentro de la nueva república de fuerzas políticas, una favorable a su existencia y la otra a su anexión a los Estados Unidos, debatían su futuro. Eventualmente, el bando anexionista triunfó en 1845, motivado en gran parte por dos factores que coincidieron para la época. El primero, el ascenso en 1844 a la presidencia estadounidense del expansionista James K. Polk (1845-1849). El segundo, la debilidad de la República Tejana frente a un México que insistía en reincorporarla como parte de su territorio.

El ejemplo de Texas nos enseña que no todos los estados de la unión llegaron a serlo tras un período como territorio incorporado. Contrario al caso tejano, otros territorios no pasaron de la aspiración de ser el próximo estado admitido como ocurrió con otro territorio mexicano: Yucatán. Para la década de 1840, el territorio de Yucatán se encontraba en constante conflicto con el gobierno central mexicano, al punto de declarar su independencia en varias ocasiones. Durante dicho turbulento período, ante el acoso mexicano por un lado y una insurrección interna de los indios mayas, el gobierno de la República de Yucatán no pasó de un debate en el Congreso al formar parte de México.

El ejemplo histórico más interesante de un frustrado Estado 51 lo sigue siendo sin embargo, el de la República Dominicana. Al igual que en los ejemplos anteriores, la conciencia de corrientes históricas es vital, ya que esta anexión hubiese provocado una guerra con los patriotas dominicanos que siempre cuentan que su país es libre de toda potencia extranjera. Los dominicanos son orgullosos de su bandera.

El final de la guerra entre los estados en 1865 y la muerte del presidente Abraham Lincoln (1861-1865), trajo a la presidencia de los Estados Unidos al hasta entonces vicepresidente Andrew Johnson en (1865 – 1869). Al igual que Polk, Johnson aspiraba a que los Estados Unidos continuaran en expansión. A tales fines, durante su administración, se fijó como meta la adquisición de territorios en el área del Mar Caribe, para el establecimiento de una base naval. Los ojos estadounidenses se posaron entonces sobre la bahía dominicana de Samaná, lo que condujo a negociaciones entre los Estados Unidos y la República Dominicana, a partir de 1867. Esas negociaciones, con sus altas y sus bajas fueron ampliándose para no solo incluir el área de Samaná, sino además, contemplar el ingreso dominicano como estado de la unión bajo la administración del presidente, Ulisses Grant, en 1877.

El presidente Grant hizo de la estadidad para la República Dominicana uno de los asuntos centrales de su administración. Varios factores explican esta dinámica por un lado. Sectores comerciales interesaban explotar los recursos naturales del potencial nuevo estado.

Otros ambicionaban la ventaja militar en el área del Caribe. El propio presidente Grant visualizaba en la estadidad dominicana una solución para las relaciones raciales en los Estados Unidos, contemplando que miles de estadounidenses negros se mudaran a residir en el Caribe. Por su parte, el liderato dominicano favorable a la estadidad veía en la misma una solución a sus conflictos con el vecino Haití. No obstante los esfuerzos del presidente Grant, el tratado de anexión de la República Dominicana fue derrotado en el senado por 28 votos a favor y 28 en contra.

Al igual que antes, Texas y Yucatán, el movimiento hacia la estadidad de la República Dominicana respondió en gran medida a sus debilidades internas y conflictos externos más bien que a sus fortalezas. Por su parte, los Estados Unidos pensaron las ventajas y desventajas que el nuevo estado les representaba.

Por encima de cualquier otra consideración a la hora de la verdad, es el congreso estadounidense el que ha tenido la última palabra. Por eso, la próxima vez que un candidato a la presidencia de los Estados Unidos venga a Puerto Rico a ofrecerle a ustedes estadidad, tome su promesa como una mentira, mas por lo que dije, es el Congreso y solamente el Congreso, el que tiene el poder de decidir esto porque la palabra del presidente se la lleva el viento.

Soy Latinoamericano; que vivan todos los países de América y digo, todas las Américas.

Héctor Peña, Peña del Pueblo.

Por Mi País y los ciudadanos de la Diáspora

4 de enero de 2013

Hoy hago un llamado a todo buen dominicano que vive en la circunscripción #2 que abarca los países hermanos del Caribe y parte de Norteamérica.

Levántate ante un gobierno abusador como el gobierno de Danilo Medina y su camarilla de ladrones que otra vez nos dan otro golpe mortal al ciudadano dominicano en el exterior, quitando las juntas centrales electorales de todo el exterior.

¿Dónde están las promesas hechas por Danilo Medina a todos los que vivimos fuera de nuestro país de origen?

Levanta tu frente y dile “NO” al cierre de la junta en Puerto Rico y en los demás países. Es verdad que la constitución dominicana es un papel que los políticos la usan para ir al baño cuando quieren. Señores Diputados de Ultramar, ustedes prometieron defender al pueblo, pues aquí tienen una oportunidad para casarse con la gloria. Exijan todos el derecho que le da la constitución nacional porque lo que no nos afecta a nosotros, les afectará a ustedes, por la sencilla razón de que no habrá elecciones en el exterior, por mucho peor aún, que ninguno de ustedes podrá ser candidato otra vez, de no haber juntas que aprueben su participación en todos estos países.

Les dejaré un pensamiento que llega a mi mente de lo que es la voluntad. Voluntad, iniciativa y trabajo de la voluntad. Después de pensar, querer la decisión oportuna es el secreto de los grandes carácteres. Por el pensamiento medimos, en toda empresa, nuestras fuerzas ante los obstáculos; equivocarse es una culpa una vez pronunciamos el sí, claro, recto, como un rayo de luz; la voluntad debe ser inflexible. Vacilar en mitad del camino es traicionar el pensamiento: desfallecer es repudiarlo. La voluntad jamás traiciona ni repudia cuando falla el hombre y cuando digo hombres, digo mujeres también para que no me interpreten mal. El hombre es una escoria: sin la firmeza de conducta, no hay moral; no puede haberla. Las buenas intenciones que no se logran cumplir, son las caricaturas de la virtud. Los hombres sin voluntad se proponen volar y acaban arrastrándose, persiguen la excelencia y se enlodazan en ciénagas, conciben poemas y ejecutan críticas, sueñan vivir intensamente y se agitan en perpetuar agonía. Nunca dicen “hago”, que es la fórmula del hombre sano; prefieren decir “haré”, que es el lema de la voluntad enferma. Toda personalidad grande o pequeña posee principios que orientan su acción. Solamente pueden sentirse libres los que son capaces de seguirlos y sobreponerse.

Aquí le dejo este pensamiento, mi más humilde de ellos porque quiero escribir tantas cosas que mejor es hacer silencio por este instante y digo no fue por el sueldo al que fueron a la Cámara de Diputados. Fijen ustedes su postura y nosotros los juzgaremos por sus fuerzas morales.

Constitución Dominicana 2010 - haga "click" aqui.
Héctor Peña – Peña del Pueblo