sábado, 19 de enero de 2013

Por Mi País y los ciudadanos de la Diáspora

4 de enero de 2013

Hoy hago un llamado a todo buen dominicano que vive en la circunscripción #2 que abarca los países hermanos del Caribe y parte de Norteamérica.

Levántate ante un gobierno abusador como el gobierno de Danilo Medina y su camarilla de ladrones que otra vez nos dan otro golpe mortal al ciudadano dominicano en el exterior, quitando las juntas centrales electorales de todo el exterior.

¿Dónde están las promesas hechas por Danilo Medina a todos los que vivimos fuera de nuestro país de origen?

Levanta tu frente y dile “NO” al cierre de la junta en Puerto Rico y en los demás países. Es verdad que la constitución dominicana es un papel que los políticos la usan para ir al baño cuando quieren. Señores Diputados de Ultramar, ustedes prometieron defender al pueblo, pues aquí tienen una oportunidad para casarse con la gloria. Exijan todos el derecho que le da la constitución nacional porque lo que no nos afecta a nosotros, les afectará a ustedes, por la sencilla razón de que no habrá elecciones en el exterior, por mucho peor aún, que ninguno de ustedes podrá ser candidato otra vez, de no haber juntas que aprueben su participación en todos estos países.

Les dejaré un pensamiento que llega a mi mente de lo que es la voluntad. Voluntad, iniciativa y trabajo de la voluntad. Después de pensar, querer la decisión oportuna es el secreto de los grandes carácteres. Por el pensamiento medimos, en toda empresa, nuestras fuerzas ante los obstáculos; equivocarse es una culpa una vez pronunciamos el sí, claro, recto, como un rayo de luz; la voluntad debe ser inflexible. Vacilar en mitad del camino es traicionar el pensamiento: desfallecer es repudiarlo. La voluntad jamás traiciona ni repudia cuando falla el hombre y cuando digo hombres, digo mujeres también para que no me interpreten mal. El hombre es una escoria: sin la firmeza de conducta, no hay moral; no puede haberla. Las buenas intenciones que no se logran cumplir, son las caricaturas de la virtud. Los hombres sin voluntad se proponen volar y acaban arrastrándose, persiguen la excelencia y se enlodazan en ciénagas, conciben poemas y ejecutan críticas, sueñan vivir intensamente y se agitan en perpetuar agonía. Nunca dicen “hago”, que es la fórmula del hombre sano; prefieren decir “haré”, que es el lema de la voluntad enferma. Toda personalidad grande o pequeña posee principios que orientan su acción. Solamente pueden sentirse libres los que son capaces de seguirlos y sobreponerse.

Aquí le dejo este pensamiento, mi más humilde de ellos porque quiero escribir tantas cosas que mejor es hacer silencio por este instante y digo no fue por el sueldo al que fueron a la Cámara de Diputados. Fijen ustedes su postura y nosotros los juzgaremos por sus fuerzas morales.

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Héctor Peña – Peña del Pueblo

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