sábado, 22 de junio de 2013

La visión de un líder inolvidable

Hace unos años, después de que estuviera en una reunión sobre la historia de las mujeres dominicanas, una amiga mía me dijo: “Yo siempre apoyo a los muchachos, porque ellos nos necesitan”. Yo le contesté que sí, es cierto que los chicos también necesitan de las chicas, pero me fui otra vez a la reunión porque creo que es así y desde ese año, me da vueltas en mi mente.

Desde hace, por lo menos, cinco milenios, con la creación del patriarcado, los hombres han tenido todo (bueno, algunos hombres más que otros) el poder del Estado, la sociedad y la familia. Ya lo dijo la intelectual obrera Pura Castillo. Sólo hay alguien más explotado que el obrero, su mujer. Las mujeres desde siempre han resistido la subordinación y la violencia machista del hombre dominicano.

En dicha reunión, recuerdo como ahora que era víspera de padre, y esto fue en un momento muy duro. Ya que al iniciar el Siglo XVIII, cuando se inicia la historia del feminismo con el elemento de compasión. Entonces, las mujeres se dieron a la ingente tarea de aspirar a educarse, a tener derechos políticos como el voto y la participación en la administración pública; posteriormente, al derecho sobre su propia vida y específicamente sobre su cuerpo. Desgraciadamente, no se ha educado también a los hombres sobre los derechos de las mujeres, por lo que muchos creen que si las mujeres obtienen lo de ellos, se ven menos “caballeros”, es decir, que erróneamente creen que si la mujer se liberase a toda costa de la libertad de los hombres, nada más lejos de la verdad, la emancipación de las mujeres y su total igualdad va de la mano de la igualdad de todos los hombres.

foto peña_290x339Ya lo decía nuestro gran ser humano y pensador, el Doctor José Francisco Peña Gómez, el aprecio de la mujer es un medidor de civilización, es decir, mientras más avance la obtención de derechos de las mujeres, así como de otros seres humanos marginados por raza, orientación de sexo/género y clase social, entre otros, mejor y más avanzada será nuestra sociedad.

Tenemos que educar a nuestros niños, adolescentes, hombres jóvenes, adultos y personas de edad avanzada, que tienen que desarrollar conciencia sobre los derechos de los otros, de las otras personas, el respeto a las mujeres y a toda persona que se considere diferente, les hará mejores seres humanos. Tienen que aprender e internalizar de una vez y para siempre, que las mujeres no les pertenecen, que no pueden mandarlas, maltratarlas ni matarlas, simplemente porque éstas no hagan lo que ellos quieran.

Padres y madres, abuelos y abuelas, maestras y maestros, publicistas y periodistas, sacerdotes y pastoras, todos, todas tienen que enseñar con la palabra y el buen ejemplo que los hombres y las mujeres tienen el mismo derecho, por lo que hay que tratarlos de la misma manera.

Este domingo, se celebra una vez más, el Día de los Padres y yo no tendré un hijo a mi lado para decirle que este día, debemos tomarlo, no para escuchar canciones con mensajes impropios, que hablen mal de mí o de nadie, sino es un día para hacer una introspección. La tolerancia y el respeto harán de este día uno libre de violencia. En mi país, en Puerto Rico y en todas partes de la “Pacha Mama”, la Tierra. Que la violencia de género que han perpetrado muchos hombres desde siempre y podremos entonces, respetar a los nuevos padres del Siglo XXI, en adelante. Dios bendiga este día y que no haya más violencia.

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