Lucha por la Igualdad de Género en el Mundo

Escrito el 13 de agosto de 2014

Mientras toda la gente del mundo se divierte con la tiradera del balde de agua fría, que no sé porqué causa y fines, pero sea por lo que sea, no lo veo divertido ni productivo. Me explico: en muchos pueblos del África, como en Latinoamérica y el Caribe, hay gente sufriendo la escasez del líquido más preciado, el agua, que usted bota por demás; más allá de este mundo fanático, donde viven los que no tienen amor, ni bondad, viven seres humanos, sufriendo por todas las necesidades que le causan los bandidos que se creen Dios del Universo, reyes de la Tierra y pueden tomar todas las decisiones del mundo en que vivimos.

Hay que subir la voz en el mundo entero para que llegue la paz, y la igualdad de género.

¿Por qué digo esto? Hace días, exactamente el 4 de agosto de 2014, me tocó vivir otro momento de esos donde se me parte el corazón a causa de la injusticia. Primero, las niñas de Nigeria, después la muerte de todos los Palestinos a manos de los vil asesinos Israelitas; más luego, la invasión de los Estados Unidos a Siria; y ahora, también la muerte del joven de color Michael Brown, en el estado de San Luis.

Vamos al caso que me trae a hacer esta columna. Aquel 4 de agosto, el mes pasado, en Medellín, Colombia; un joven llamado Sergio Urrego, de 16 años se quitó la vida por la razón de ser homosexual y haber sufrido la discriminación y humillación de los compañeros de su colegio. La homofobia de todos ellos lo llevo a tomar la decisión fatal.

Quiero manifestar, que soy un defensor de todos los que sufren abuso de aquellos que se creen Dios y son malvados en la vida, y para todos, este párrafo de un humilde y amoroso amigo de los seres humanos.

Un humilde consejo: Jamás te compares con nadie, pues hasta los gemelos y los dedos de las manos son distintos; en llegando a sueldo y promociones. Todo lo bueno llegará a ti, en el momento propicio, a su debido tiempo, si es que uno hace su parte. Jamás trates de forzar los acontecimientos. Siempre la fruta se madura a su debido tiempo, ni un poco antes, ni un poco después. La vida y la muerte son temporales, pero la libertad es eterna.

Héctor Peña, para Peña del Pueblo