¿Hasta cuándo estaremos nosotros los dominicanos con el salvajismo, la intolerancia y la falta de amor, comprensión y virtud para la diversificación de criterio, que todavía no podemos visualizar que cada cabeza actúa y piensa diferente? Es penoso y desastroso escuchar que pasen de gracias como la sucedida en una fiesta donde aparentemente, participaban un sinnúmero de personas “gays”, lesbianas, bisexuales y transgénero, donde más luego entraron dos individuos fuertemente armados, dándole muerte a uno de los parroquianos e hiriendo a seis de ellos.
Me refiero al asesinato del joven Esmeraldo García Reyes, asesinado el 18 de agosto frente a la Laguna Gri Gri, en Río San Juan, República Dominicana. Basta ya de abusos y faltas de respeto y violaciones a los derechos humanos en nuestro país. Visualizar en grande los derechos de los demás es tener pulcritud a la vida y solamente el que la da, la puede quitar; ese es Dios. Solamente él, lleno de amor es quien puede medir con la vara de la justicia el día que partamos de este mundo terrenal. Tenemos que tener mucho amor; tenemos que saber y pensar que nuestros hijos, nietos, sobrinos y demás familiares, pueden ser tocados por los que no visualizan más por el bien común de ellos mismos que los familiares mencionados, ya que un día también podrán tener muchos problemas como los tuvo este joven, o quizá terminen siendo homosexuales y la sociedad no podrá juzgarlos por su inclinación sexual, sino por su intelecto profesional.
¡Vivan los pueblos del mundo, que con su tolerancia miran y respetan la diversidad social!
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