Pasé por la iglesia y al mismo tiempo, se me fue la mente, y cuando digo que se me fue la mente, es que muero y más tarde me vuelve. Es que vivo, pero cuando vivo, pienso en la reencarnación y Dios más allá de la vida. Hay otros lados, otras dimensiones o como le llamen, pero sé que ese algo, que llaman los grandes filósofos, reencarnación. Voy a hablar de ella porque yo la viví y no quiero que me juzguen.
La cosa importante de recordar acerca de la premisa de la reencarnación no es tanto sus complicaciones, pero su filosofía y la razón para ser. Dios deseaba que todas las creaciones experimentaran el conocimiento para él. La sabiduría envuelve a ambos los positivos y negativos. Desde que Dios es todo amoroso y misericordioso, el creó una realidad que es nada más que energía positiva. El otro lado, en el cual todas sus creaciones pueden residir por una eternidad. Para ayudar a sus creaciones a aprender acerca del lado negativo de la experiencia, el plano terrestre y otros como este, fueron creados. Este plano contemporáneo de la existencia te permite experimentar lo negativo, pero sólo por muy corto tiempo. Reconociendo el efecto de la negatividad en el alma y dándose cuenta que el cuerpo tremendamente grande de la experiencia no puede ser completado todo a la vez, Dios instituyó la reencarnación porque sus creaciones deben tener esta sabiduría para la perfección del alma; la reencarnación fue implementada. Sin embargo, si tú puedes soportar pequeñas dosis de negatividad en un ambiente positivo con períodos de descanso entre ellos, sería mucho menos traumático.
No es fácil sobrevivir en un ambiente negativo y es difícil el ser sometido al dolor que transpira en el plano terrestre. Para ayudarte a entender más completamente que tu mundo tiene un plan divino, conoce esto: la Tierra debe de ser negativa y siempre permanecerá negativa, hasta que Dios se deshaga de ella. Es la escuela para tu alma, para aprender de ella y experimentar la negatividad.
Puede ser difícil para algunos de ustedes el aceptar el hecho de que el plano terrestre siempre será negativo. Tú tratas de crear bondad en el mundo, tratas de terminar con el sufrimiento, tú tratas de detener el asesinato de otros seres humanos. Ciertamente, tú haces todo eso, tú estarías fallando en tu responsabilidad a Dios. Si no lo hicieras, tú debes de recordar, sin embargo, que se hace esto debido a la necesidad. Si la negatividad no existiera, en contra de que se pelearía. Tú aprendes acerca de ti mismo cuando peleas en contra de una injusticia. Tu las miras, las atacas, tratas de suprimirla y la experimentas para que así conozcas todas sus facetas, todas sus formas y todos sus efectos. Al pelear con la negatividad, uno debe de tener cuidado en no crear más de ella. No puedes deshacer la Tierra de la negatividad, ella se supone estar aquí, pero tú puedes hacer tu propia isla de luz y encontrar a otros quienes profesan la misma creencia. Si tú te vuelves muy celoso en tu batalla contra la negatividad, tú puedes últimamente perpetuarte y caer en la misma.
No juzgues, porque el que juzga a su prójimo, no tiene tiempo para amarlo. Esto debe de ser un grito de batalla. Jesucristo dijo, que cuando el gentío deseaba apedrear a María Magdalena, tú sólo puedes juzgarte a ti mismo. Nadie más tiene el derecho para hacerlo. ¿Cómo alguien puede saber las razones detrás de una acción sin reconocer el motivo para ella? ¿Cómo alguien puede discernir el verdadero motivo sin el conocimiento del alma? ¿Quién cometió el acto? Ninguna persona encarnada puede percibir estas cosas. Sólo las entidades en el otro lado pueden saber, y solamente por razón de los archivos, la mente subconsciente de la entidad, cometiendo el acto tiene conocimiento de la razón y el único otro ser quien la conoce es Dios.
Si una persona comete una atrocidad, tú puedes juzgar el acto pero no el alma de quien cometió el acto. Tú juzgas y castigas las acciones negativas para así tener algún control y orden en la sociedad, sin embargo, el alma de una entidad no puede ser juzgada.
Vamos a decir que una entidad desea experimentar el acto de ser asesinado, mientras en el otro lado, ellos hicieron un contrato con otra persona, quien desea experimentar la cárcel y el volverse su asesino. Ambas entidades entran y el asesino es cometido en su propio tiempo escogido. La sociedad juzga a la entidad quien cometió el asesinato y lo envía a la prisión. La mayoría de la gente lo juzgaría como un alma perdida que está más allá de la redención. La sociedad hizo lo que tenía que hacer para mantener el orden. Los otros quienes juzgan el alma como una sin salvación están equivocados.
El juzgamiento erróneo perpetúa a la negatividad. Tanto racismo y odio ha sido creado por el pre-juzgamiento de otras culturas y grupos étnicos. Tantas atrocidades se han cometido en el nombre de Dios para salvar al condenado. Tantas culturas han sido destruidas por esos quienes piensan que saben más. ¿Cuándo van a terminar? Terminarán cuando pares de tratar de ser Dios en la Tierra y te refrenes de juzgar a otros.
Tú debes vivir tú vida lo mejor como puedas. Tú vas a cometer errores, pero vas a aprender de ellos si tú puedes mantener un motivo puro en todos tus pensamientos y acciones, entonces conocerás dentro de tu propia alma que estás haciendo la cosa correcta. Sé un líder, no un seguidor. No permitas que la gente te influya a pre-juzgar a otros. Mantén una mente y corazón abierto y acepta a todas las almas tanto como posiblemente lo puedas hacer. Simplifica tu vida al darte cuenta que estás experimentando para Dios. Haz todo esto, y tu alma brillará como faro, para que otros lo sigan. Haz todo esto y tú completarás tu destino y te pararás orgullosamente ante Dios cuando regreses a casa.
Quiero vivir para Dios y mi pueblo, que vivan los niños, jóvenes y personas de la tercera edad.
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